Lo canta Calamaro y lo dice Cristina en "Vicky Cristina Barcelona". Me lo canto y me lo digo mucho últimamente

Lunes, 8 de Diciembre de 2008.

Llevo un mes entero sin hacer otra cosa que compadecerme de mí misma. Llevo un mes entero pensando que todas las decisiones que he podido tomar a lo largo de mi vida han sido equivocadas. Y, a pesar de que me harta esto de estar harta de mí misma, no soy capaz de cambiar. O seguramente no quiero porque es más fácil dejarse llevar por el pesimismo y estar tumbada viendo las horas pasar, que levantarse y tener el valor de tropezar con la realidad, que me parece absurda... como absurdo me parece también pasarme las horas cerrando los ojos sobre mi cama, por si los sueños acabaran mágicamente con esta opresión en el pecho.
Mil proyectos empezados con ganas y sin final por culpa de la desgana. Esta desgana que empiezo a pensar que es una forma de miedo. Las soluciones las guardo en la mano y no me atrevo, no quiero o no me apetece llevarlas a cabo. Mi vida son mil caminos que siempre me conducen al mismo punto.
Ya hace un mes que no sé nada de él. He reprimido las ganas de ser yo la que llame cientos de veces en todo este mes. Sigo confundiendo mis sentimientos, porque sé que lo único que quiero ahora es un poco de calor. Sería más fácil aceptar que no lo tendré claro jamás, pero escojo el camino más complicado y doy vueltas que siempre me conducen al mismo lugar.
A lo mejor, creyendo que elijo siempre lo más fácil, en realidad estoy escogiendo lo más difícil. A lo mejor, soy la más valiente del mundo y sigo empeñada en creer que soy la más cobarde.