Lo canta Calamaro y lo dice Cristina en "Vicky Cristina Barcelona". Me lo canto y me lo digo mucho últimamente

Martes, 14 de Octubre de 2008

Hoy he hablado con él y no siento nada. Me refiero a “nada” para referirme a ese sentimiento estúpido de alegría que me invade después de oír su voz y sus tonterías, que son las mismas de siempre. La verdad es que estoy decepcionada y parece que esta decepción me provoca una sensación de vacío en el estómago. Creo que acabo de aceptar en este preciso momento que no soporto no ser la única. Que escupe palabras que para él no tienen ninguna validez, sin importarle si la tienen para mí. Podría pensar que se olvida de las cosas que me cuenta, pero casi me duele menos creer en lo anterior. Esto hubiera sido una anécdota más si no me sintiera tan vulnerable, pero ahora necesito sentirme un poquito deseada para aumentar mi autoestima.
La diferencia esencial entre él y mi ex-novio es precisamente el deseo. Ese deseo sin nada más de por medio me da cierta tranquilidad. Recuerdo que poco antes de dejarlo con mi ex pronunció las palabras que más daño podían provocarme; vino a decir que no tenía nunca en cuenta mis comentarios porque no tenían ningún sentido, que sólo una vez lo sorprendí con un comentario inteligente. Con él esto jamás pasará porque nunca intimaremos tanto como para que me cuente esos pensamientos. Y porque yo sentiré, en mi despecho, que soy sólo deseo y no necesito que ame mi cabeza de chorlito, mis ideas estúpidas y mis comentarios sin interés.