Lo canta Calamaro y lo dice Cristina en "Vicky Cristina Barcelona". Me lo canto y me lo digo mucho últimamente

Lunes, 27 de Octubre de 2008

Pensaba pasar este fin de semana sola, tratando de arreglar un poco mis pensamientos y dedicándome a buscar trabajo y a conocer la ciudad, pero el viernes, después de volver a dormir fatal, me desperté con una desazón horrible, más segura que nunca de abandonar. Acabé pidiéndole a mi ex-novio que me llevara a Galicia. Hemos llegado ahora, a las 10 de la noche, con lo que no he ido a clase el viernes ni tampoco hoy. Y, por supuesto, he vuelto llena de dudas; con respecto a mi relación con él y con respecto a la carrera. Quisiera volver a intentarlo con él y abandonar esta tontería de periodismo; de trabajos en grupo y clases en las que no quiero estar. Romper otra vez y desprenderme de todo mi pasado, que lo incluye a ÉL. Pero si planto ahora toda esta historia no sé a dónde ir.
He perdido casi un mes diciéndome: “no sé”, “no quiero” y “no puedo”. Yo decido cuánto tiempo quiero seguir perdiendo de este modo. Si es que soy capaz de tomar la decisión de dejar de martirizarme, que parece que es a la única a la que no me enfrento nunca, porque siempre surge una nueva obsesión con la que machacarme. Yo decido, pero nunca decido; me dejo llevar por la ansiedad, que es más fácil que luchar contra ella. “Haz todo aquello que temas”, decía un libro de autoayuda que leí justo antes de tomar la decisión de empezar la carrera. Y temo enfrentarme a la ansiedad, al suspenso y al fracaso. A que no me quiera y a que todo se estropee. A pasarme la vida siguiendo un mismo camino y a no evolucionar jamás. Al arrepentimiento. A perderlo para siempre y a sus besos que no saben a nada. A todo. Absolutamente a todo.